
La llegada de la primavera despierta en nosotros/as un impulso por estar en contacto con la naturaleza y sus elementos. Todos/as tenemos la experiencia de habernos sentido contenidos y abrazados por ella.
Encontramos en ella elementos con un ritmo más estático y otros más dinámicos: la contemplación de una montaña, las estrellas de la noche, un amanecer, un paisaje nevado… nos invitan a la reflexión, al silencio. Nos ponen en contacto con la ternura, la nostalgia, la admiración, la aceptación. Invitan a la comprensión, el respeto, la introspección, al recogimiento y a sentirnos agradecidos/as.
Debe estar conectado para enviar un comentario.